SOBRE TAXIDERMIA PRADAS

Desde 1995

Isidro Pradas Fernández, el alma detrás de Taxidermia Pradas, es un hombre que lleva la tradición cinegética de España en la sangre. Criado en el exuberante entorno de La Encomienda de Mudela, Isidro tuvo la fortuna de vivir de primera mano la emoción de las mejores cacerías, tanto propias como de las máximas autoridades del país.

La pintoresca finca de Mudela no solo fue su hogar, sino también su escuela. Allí, guiado por su padre, el guarda mayor de la finca, Isidro se adentró en el universo de la caza. Cada día, entre perdices y monterías, aprendió el respeto por la vida salvaje y la pasión por la caza de todo tipo de animales a lo largo del año, desde conejos y liebres hasta palomas torcaces y alimañas. Pero eran el jabalí y el ciervo los que más capturaban su interés, especialmente durante los aguardos y monterías. Y en este escenario, su padre no sólo le enseñó a cazar, sino también a apreciar el arte de la taxidermia.

Con sus habilidades y conocimientos, era como si hubiera pasado un testigo invisible a Isidro, preparándolo para continuar la tradición familiar. Al alcanzar los 16 años, este joven entusiasta decidió profundizar en su aprendizaje y se inscribió en un curso por correspondencia del Instituto Jungla.

La década de los 70 fue un momento decisivo en la vida de nuestro protagonista. Durante una montería en 1974, tuvo la fortuna de conocer a Javier López de Ceballos, el fundador de Espacaza. Esta relación fue el punto de partida de su incursión en la preparación profesional de trofeos de caza.

Isidro Pradas conoce, durante una montería, a Javier López de Ceballos, fundador de Espacaza

Unos años más tarde, en 1979, se embarcó en una nueva aventura en Madrid trabajando para Taxidermia Ancarso. Allí tuvo la oportunidad de trabajar en proyectos tan diversos como la preparación de una tortuga gigante y el famoso oso panda Shao Shao, un emblema del zoo de Madrid, que hoy se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

Isidro Pradas con la naturalización de una tortuga
Isidro Pradas con la naturalización de un oso panda

En 1995, decidido a seguir su propio camino, fundó su empresa. A pesar de los cambios de nombre, su esencia se mantuvo intacta y en la actualidad, Taxidermia Pradas se enorgullece de ser un negocio familiar. Trabajando junto a sus dos hijos, Alex y Víctor, comparte su pasión y experiencia, manteniendo viva la tradición familiar en el fascinante mundo de la taxidermia.

Ilustración a carboncillo del trabajo en hueso de un jabalí